Artículo de Mercedes Rui-Giménez, presidenta de la Coordinadora de ONGD, publicado en la revista Cuadernos de la Asociación Española de Fundaciones, diciembre 2013

Una de las características propias de la democracia es la transparencia; sin ésta, aquella se ensombrece y se debilita. La claridad en las cuentas públicas, la buena gestión de los fondos y la rendición de cuentas han de ser garantizados de manera firme en cualquier democracia. Los fondos públicos son de la ciudadanía y, en consecuencia, a ella se le deben las cuentas sobre cómo a qué se destina su dinero. Los gobiernos y las instituciones que los gestionan tienen la obligación de asegurar que esos fondos son tramitados con la mayor claridad y mejor gestión posibles.

Los debates que se están produciendo en el ámbito de la opinión pública sobre estos asuntos demuestran que se trata de un tema que va mucho más allá que una buena intención. Se trata de un derecho de los y las ciudadanas –que reclaman claridad en la gestión de lo público– y un deber de quien maneja los dineros comunes.

En este sentido, las ONG de Desarrollo, como organizaciones que recibimos recursos públicos y privados, estamos obligadas a garantizar la transparencia -y asumimos ese deber con una enorme responsabilidad. Además, por coherencia con nuestros valores, el buen gobierno tiene
que tener un peso fundamental en nuestras actuaciones.

Una propuesta pionera en Europa

El pasado mes de mayo, presentamos nuestra Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno; una propuesta de autorregulación y excelencia pionera en Europa, que se suma a los procesos internos y externos que ya veníamos cumpliendo en este sentido. Con esta iniciativa, las ONGD
que formamos parte de la Coordinadora damos un paso más en este compromiso con los valores primordiales de nuestra forma de trabajo y con la creciente exigencia de la ciudadanía. Por eso, más allá de los ejercicios habituales que realizamos en este sentido –como el cumplimiento de nuestro Código de Conducta o la revisión de nuestras cuentas por auditorías externas–, ahora tenemos además una herramienta específica que nos autorregula y nos impulsa a la mejora constante. Un ejercicio permanente y consciente por parte de las ONG de Desarrollo, que vela por la excelencia y la rigurosidad en nuestro trabajo y en el buen uso y destino de los fondos que la ciudadanía, a través de las administraciones
públicas, nos entrega. Con esta iniciativa, somos pioneras ante la demanda de transparencia que exige la sociedad.

Los dos pilares esenciales que conforman la Herramienta son la transparencia y el buen gobierno, veamos a qué nos referimos con esos conceptos. La transparencia va más allá de las cuentas claras; significa mostrar abiertamente el engranaje de una organización; es decir, cómo funciona, cómo se lleva a cabo su trabajo, cuáles son sus procesos internos, sus decisiones y resultados obtenidos. Y el buen gobierno tiene que ver con la forma en la que una organización define las responsabilidades de las personas que trabajan en ella, con la promoción de la mejora continua y con la creación de mecanismos de planificación adecuados.

Resultados y metodología
Como Coordinadora que agrupa a casi 100 ONGD nos sentimos muy orgullosas de los resultados en este primer año de aplicación. Dos tercios de nuestras organizaciones se han sometido a la Herramienta y, de ellas, más del 80% han superado todos los bloques. Cabe destacar que estas organizaciones suponen el 81% de los ingresos totales de las ONGD que forman parte de la Coordinadora y que, además, cuentan con el apoyo de 2.3 millones de personas. Las organizaciones que aún no han realizado el proceso ya están preparándose para hacerlo a lo largo de este año.Las organizaciones que pueden realizar este proceso son aquellas que forman parte de la Coordinadora.

Una vez que la ONGD se ha sometido a la Herramienta obtiene el sello de transparencia y buen gobierno a través del cual la Coordinadora acredita que la organización ha realizado el proceso correctamente y que, por tanto, tiene un compromiso firme con la transparencia y con la mejora continua.

El valor añadido de la Herramienta reside en que ha sido elaborada por las organizaciones (y por tanto responde adecuadamente a la naturaleza/características del Sector). Además sus indicadores son objetivamente verificables de manera que el informe final sea realizado por una firma auditora externa. La Coordinadora sólo otorga el sello y publica el análisis agregado de los resultados para dar una visión del sector
en su conjunto.

El sistema de evaluación que se propone está estructurado en dos grandes apartados que se corresponden con los dos pilares de la Herramienta: transparencia y buen gobierno. Cada uno de ellos está formado por varios bloques temáticos que a su vez cuentan con varios indicadores (2 apartados, 10 bloques, 71 indicadores. Los indicadores de buen gobierno miden si la forma en la que se dirige la organización
define bien las responsabilidades de las personas, promueve la mejora continua y cuenta con mecanismos de planificación adecuados. Y si, además, la organización cuenta con herramientas de control y rendición de cuentas.

Los indicadores de transparencia miden si la organización, además de facilitar acceso a sus cuentas, muestra cómo funciona, cómo se lleva a cabo su trabajo, cuáles son los procesos internos, sus decisiones, los resultados obtenidos. Además, las organizaciones que se someten a la Herramienta deben asegurar que esa información se difunde abiertamente y con claridad para que cualquier persona que tenga interés en ella,
pueda conocerla fácilmente.

Compromiso firme y constante
Todo este ejercicio nos sirve para abrir las puertas de nuestras ONGD; como si de una casa se tratara, invitamos a toda persona que tenga interés a entrar en cada una de nuestras habitaciones para que pueda observar hasta el último rincón y así conocer quiénes somos, cómo trabajamos, cuáles son nuestras cuentas, etc. Si, tal como dice el Proyecto de Ley al que hacíamos referencia al inicio del artículo el desarrollo social y la participación ciudadana dependen en gran medida de la transparencia y las normas de buen gobierno, no cabe ninguna duda que las ONGD que forman parte de la Coordinadora tiene un enorme compromiso con estos asuntos.El fortalecimiento de una ciudadanía crítica que sea actor social y político que genere cambios es uno de nuestros principales objetivos. El compromiso con ella a la hora de explicar cómo se gestionan los recursos públicos, una obligación.