Inma Cabello  de la organización, Mujeres en Zonas de Conflicto, pone el acento en la importancia de tener estas herramientas a disposición de las organizaciones, como medio para rendir cuentas a la ciudadanía. En este entrevista nos habla de los retos y de las dificultades que supone para organizaciones de tamaño medio supone pasar la Herramienta. Pero no duda al afirmar que este proceso es clave para las ONGD  «para velar y hacer un seguimiento coherente de nuestras actividades de acuerdo con los indicadores».

 ¿Por qué Mujeres en Zonas de Conflicto ha decidido apostar por pasar esta Herramienta?

Siempre apostamos por todo lo que suponga mejorar la información, eficacia, eficiencia y transparencia de lo que hacemos, sobre todo de cara a la ciudadanía y de cara a las administraciones públicas. Sin embargo, muchas veces es complicado seguir los procesos estatales, que se articulan mucho más desde Madrid, ya que nosotras tenemos una implantación muy territorial en Andalucía y Extremadura. En este sentido, la Herramienta nos sirve para mejorar nuestros propios procedimientos internos, estar más pendientes de este aspecto o del otro y de cara a hacer revisiones.

En el tercer sector, dentro del ámbito de la cooperación, es fundamental trabajar en red, por eso formamos parte de la Coordinadora Estatal de ONGD y siempre hemos querido cumplir con la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno. Creo que somos una de las primeras organizaciones que propuso y apoyó su creación.

¿Tiene algún valor añadido con respecto a otras herramientas o procesos de transparencia similares? ¿Tiene algún tipo de ventaja para su organización?

La Herramienta está muy apegada a la realidad del sector y la promueve una coordinadora que conoce muy bien el ideario, valores y metodologías que promovemos desde las ONGD. Comprende mejor cómo trabajamos que un agente externo que no trabaja en este sector. Ese es el valor añadido de la Herramienta. Aparte, pone mucho peso en demostrar la coherencia con las metodologías participativas, de ciudadanía global, de paridad, de igualdad… más que en aspectos más burocráticos o administrativos.

Además, nos sirve para velar y hacer un seguimiento coherente de nuestras actividades de acuerdo con los indicadores. Es como si tuvieras una guía que te dice “tienes que estar pendientes de esto”.

¿Cuáles son las dificultades a la hora de pasar esta herramienta?

Requiere un elemento organizativo interno que luego no está tan apegados con la realidad del sector. Cumplir con todos los indicadores de la Herramienta no es fácil, pero nos permite velar por nuestros procedimientos, estar pendientes de ellos, ajustar los ritmos, los tiempos… Si te van a examinar tienes un poco más interiorizado que tienes que formalizar ciertos procesos.

Muchas veces, aunque habíamos tomado decisiones y sabíamos que sus procedimientos estaban en marcha, esa información no se reflejaba en nuestra web. No tenemos la capacidad de tener a una persona dedicada exclusivamente a eso, pero la Herramienta nos ha ayudado a sistematizar lo que decidimos en nuestras reuniones, y no sólo las que hace la Junta Directiva porque también lo aplicamos a las que se realizan con todas las personas trabajadoras, coordinadores…

¿Qué mejoras considera que podrían realizarse en la Herramienta?

Sería importantísimo que tuviera un reconocimiento y homologación. Creo que La Coordinadora es capaz de convencer a las administraciones públicas de que las ONGD que pasan esta herramienta cumplen con criterios de transparencia y buen gobierno para que se homologuen. Tiene argumentos de sobra y creo que sería un salto cualitativo importante.

Llevo 20 años en el sector y durante ellos he visto que las ONGD nos hemos dotado de un montón de procedimientos, metodologías… hemos hecho un esfuerzo titánico y no sólo para cumplir con los indicadores de la Herramienta. Ahora toca focalizar o poner el foco en la parte del reconocimiento y de acercamiento a la ciudadanía.

¿Cómo ve el futuro de esta Herramienta?

Para mí la Herramienta está bien como está en la actualidad. Creo que una entidad que cumpla un porcentaje elevado de los indicadores -sin llegar al 100%- da buena muestra de que es una entidad que funciona, una entidad viva, comprometida.

Por otra parte, las ONGD hemos pasado mucho tiempo afinando nuestra auto exigencia y hemos llegado a una especialización muy técnica a través de procedimientos, enfoques, formularios. Ahora tenemos que poner en valor todo este bagaje, todos estos conocimientos y hacer que la ciudadanía los reconozca, los valore… y para esto tiene que conocerlos.

Cuanto más transparentes seamos y cuanto más desarrollemos los procedimientos y nuestro trabajo, mejor; pero llega un momento en el que  toca que la ciudadanía conozca esto y que, todos juntos -la ciudadanía organizada y la ciudadanía de a pie- defendamos el sector.

Necesitamos que el trabajo, valores y metodología que avalan la Herramienta pasen a la ciudadanía, y que la ciudadanía exija que las administraciones reconozcan el trabajo de las entidades que pasan por estos procesos.